La Cultura en Tiempos del Coronavirus- Por RSMC
El pasado jueves 15 de octubre, se presentó en el Instituto Cultural Español (ICE), el libro “Ese lejos tan cerca- Julio C. da Rosa en su viva aldea” del poeta, escritor y periodista Luis Marcelo Pérez, editado por AG Ediciones, en setiembre de 2020. La Profesora de Literatura Cristina Callorda entabló con el autor, un enriquecedor “ping pong” de preguntas, respuestas y reflexiones, surgido de la lectura de su libro y de obras de Da Rosa.
El libro se vende en el ICE, de lunes a viernes de 15 a 17h, en 25 de Mayo 422. Cel.: 091 357 094.
Reconocido en su tiempo y después casi injustamente olvidado, Julio C. Da Rosa (*) es un ineludible exponente de la denominada narrativa criollista o nativista. Fue asimismo, un intelectual y hombre de acción que incidió en la vida social, política, educativa y cultural de nuestro país.
Estuvo en la presentación Santiago Bagalciague da Rosa, nieto de Julio, quien acompañó en todo momento a Luis Marcelo Pérez. La actividad se hizo por Zoom y en forma presencial. Es la segunda en la que el ICE homenajea a Da Rosa en el centenario de su nacimiento. La primera fue el miércoles 14 de octubre por Zoom, y la realizó la Profesora Cristina Callorda con los contertulios de su “Tertulia Literaria”.
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En este sensible, exhaustivo y ameno ensayo de Luis Marcelo Pérez, “se respiran amores” de Julio C. da Rosa: a su terruño, y muchos más. La entrañable amistad que unió a Luis Marcelo con Da Rosa y su familia, pervive en todo este libro, que se nutre de otras miradas, de fotografías, y profusa documentación. Además, entrelaza el contexto histórico en cada pasaje con vida y obra de Da Rosa.
Aquí compartimos la conversación que tuviéramos con Luis Marcelo.
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"Me siento más cómodo en el estadio de la poesía”
_ Tu programa “El Mural” se emite los domingos de 9 a 11 h en Radio Uruguay (1050 AM)… Has incursionado en todo lo relacionado con lo cultural y has recibido muchas distinciones nacionales e internacionales…
Luis Marcelo Pérez: _ Me siento más cómodo en el estadio de la poesía. Me hermano con esa creación de todas las épocas.
Mi padre falleció cuando yo tenía 6 años. Nos quedamos mi madre (Blanca Álvarez), y yo. Mi madre era profesora de piano. Yo le escribía en formato de poesía.
_ Fue entonces desde muy pequeño que empezaste a escribir…
_ Sí. Después lo dejé. A los 11-12 años, empecé con una cabeza más literaria y poética.
22 años del programa radial “El Mural”
La poesía fue el inicio de todo. Después el periodismo, fue otra forma de comunicarme con la gente. Cumplimos 22 años con el programa “El Mural”. Han estado los últimos 6 o 7 Cervantes, los “Reina Sofía”. Ahora estamos buscando algún enlace con los Premios Nobel. Trataré hasta donde pueda, de seguir impulsando todos los creadores, para que estemos todos integrados.
“Julio da Rosa abrazaba a los creadores jóvenes…”
_ Tuviste un vínculo muy estrecho con el escritor Julio C. da Rosa, y por eso este ensayo sobre su vida y obra es tan sustancioso…
_ Sí Fue un vínculo que empezó a crecer siendo yo un muchacho de 25 años aproximadamente… Ahora tengo 48. Él abrazaba a los creadores jóvenes, de la misma forma en que lo abrazó a él Juan José Morosoli…
_ …Y Serafín J. García…
_ Sí. Muchos otros le dieron cabida y él también lo hizo. Da Rosa y yo nos llamábamos, nos encontrábamos, compartíamos cosas… Tuve largas conversaciones en su apartamento del tercer piso de la calle Pagola (calle límite entre Pocitos y barrio “La Mondiola”, Montevideo).
Los cuentos de Da Rosa eran de la realidad de su tiempo”
Julio trasmitió en su obra literaria lo que en su propia vida ha sido. Aquel paisano que llegó desde el interior de Treinta y Tres hacia la ciudad, y luego de Treinta y Tres hacia Montevideo. En uno de los cuentos que él escribió, el personaje protagonista que era de su pago, lo llama, y él se lo lee en voz alta, para compartirlo. ¡Los cuentos de Da Rosa eran vitales! Tenían ficción, pero eran relatos de la realidad de su tiempo. Es la sensibilidad de un hombre que escribe sus cuentos para sus hijos: “Ratos de padre”, “Buscabichos” (libro autobiográfico en el que recrea parte de su infancia)…
“Era un hombre múltiple, una suerte de da Vinci”
Era un hombre múltiple, una suerte de “da Vinci”. Es el gremialista estudiantil, a quien después pasa a gustarle la actividad política.
Cuando tiene aproximadamente 20 años le escribe una carta abierta al Presidente Alfredo Baldomir [pág. 399 del libro de Luis Marcelo], quejándose de las condiciones de la democracia, y lo que él y otros estudiantes reclaman. Él quería como integrante de una agrupación juvenil estudiantil, que se cumplieran determinadas pautas.
La yerba como protagonista
_ Llega a ser diputado del Partido Colorado…
_ Sí. Era batllista. Promete que cuando cumpla tres años como legislador, dejará su sillón y lo cumple.
Yamandú Fau me contó que como cronista del semanario de Zelmar Michelini [Fau], participaba en el Palacio Legislativo. Un día vio que el legislador Julio C. da Rosa levantó la mano y expuso los motivos del proyecto de la producción masiva de yerba en nuestro país. Era su proyecto: “Posibilidades de cultivo y explotación de los yerbales del Departamento de Treinta y Tres” [pág. 411 del libro]. Yamandú Fau decía: “Yo me quedé impresionado cuando al unísono, todo el cuerpo legislativo, y los que estaban en las gradas, se levantan a aplaudir lo que exponía Julio da Rosa.” Él era el escritor, el cuentista, integrado a la militancia política, pero siempre era un creador.
_ Y aún no se logró cumplir ese proyecto.
_ Hace casi 60 años que lo presentó. Recién ahora lo están estudiando. Hay pequeñas iniciativas en Rocha y en Maldonado.
Cuando uno lee la carta de presentación que él escribe para integrarse a la Masonería, se sorprende de que un chico de 23 años escriba de esa forma tan magistral [pág.171].
La familia Da Rosa tiene todo un historial de jefes políticos, pero también tiene el ala de los Saravia. Él me decía: “Yo soy más Saravia que mi propia mujer (Esther Saravia)”.Su parentesco no era tan directo como el de Julio. Bromeaba con eso.
La fragua de la amistad
_ Tú hurgaste en archivos, diarios, documentos de toda índole…
_ Sí. Además de todo lo que me aportó la última larguísima entrevista de confraternización que tuvimos. Surgieron temas sociales, políticos y otros, porque éramos amigos. Mucha Biblioteca Nacional, mucho Archivo del Palacio Legislativo, pero también el valiosísimo archivo de su hijo Juan Justino da Rosa, a nivel de materiales y textos. Ese archivo Da Rosa, fue donado a la Biblioteca Nacional…
“¡Queramos la vida!”
_ Debe haber sido complejo para ti hacer la selección de tanto material.
_ Él me dijo sobre algunos temas: “No publiques ni hables de esto hasta que yo me muera.” ¡Cómo no voy a cumplir el deseo de un amigo y de una persona que admiro tanto! [Se emociona y se le quiebra la voz].
Le conté [al periodista] Jaime Clara, una anécdota. Yo había tenido una discusión con una novia y ella me dejó. Fui al Jardín Botánico, porque yo vivía cerca de allí. Fue una semana antes de que Julio falleciese (2001). Me lo encuentro en su Ford gris azulado. Esther lo estaba acomodando en el asiento del acompañante. Yo le dije: “¡Qué hacés acá?”. Él me respondió: “¡Me vengo a despedir del terruño!” ¡Mirá qué hombre comprometido con su tierra! Agregó: “Vos que siempre te preocupás con los temas sociales, tratá de que la Intendencia corte los pastos, porque están muy crecidos. ¡Es una vergüenza!” Hasta en sus últimos días, fue un ser humano sabio y excepcional.
Cuando pensé que la entrevista estaba terminada, le pedí: “Julio: quiero tu opinión para las personas que están esperando tu mensaje:” Me contesta: “¡Queramos la vida!” Así quiso despedirse...
(*) Julio César da Rosa nació el 9 de febrero de 1920 en la casa de sus abuelos paternos, un establecimiento rural en la 2ª Sección del Departamento de Treinta y Tres, próximo a las costas del arroyo Los Porongos. Falleció el 9 de noviembre en su domicilio de la calle Manuel Pagola, en Montevideo.
Fotografía que encabeza esta página: Cristina Callorda y Luis Marcelo Pérez en el ICE.
Esta entrevista se publicó el martes 20 de octubre de 2020, en la pág. 7 del periódico "Visión Ciudadana" de San José de Mayo, Uruguay.