Con el director Gabriel Macció en el “FIAE.uy” - Niños y jóvenes merecen un área específica en las Artes Escénicas

 

El “Festival Internacional de Artes Escénicas Infantil  y Adolescente del Uruguay”, organizado por “Intermedios producciones”, se realizó en nuestro Departamento desde el 17 hasta el 21 de noviembre de 2021 inclusive. Hubo más de 40 actividades gratuitas para niños, niñas y adolescentes; talleres y conversatorios, para personas adultas que trabajan con niños, niñas y adolescentes. Entrevistamos a Gabriel Macció Pastorini, Coordinador del “Centro Uruguayo del Teatro y la Danza para la Infancia y la Juventud” de Montevideo, quien fue moderador de talleres y conversatorios y dirigió dos de las obras teatrales que se presentaron en el Festival.   [Programación completa en www.fiae.uy]

Los niños, las  niñas y los adolescentes son sujetos de derecho

 _ ¿Cuál ha sido tu rol en el “FIAE.uy”?

Director Gabriel Macció Pastorini: _ Yo coordino el “Centro Uruguayo del Teatro y la Danza para la Infancia y la Juventud” (CUTDIJ) de Montevideo. Es privado, pero se asocia con distintas actividades en todo el país. En este caso, con el Festival. Realizamos los talleres del Festival sobre temas tabú,  y sobre la  resiliencia que permite el lenguaje teatral. Trabajamos con adolescentes de San José.

_ Fuiste el moderador en el Conversatorio “Cooperación e Internacionalización de las Artes Escénicas para las Jóvenes Audiencias”, en representación del CUTDIJ…

_ Sí. En Uruguay existe el Instituto Nacional para las Artes Escénicas, pero  no hay un área específica para niños y jóvenes. Es preciso fomentar el pensamiento crítico, para que tengan el lugar que merecen. En esa lucha estoy hace 25  años, con mi actividad profesional para niños y jóvenes. Me cuestiona la visión adulto-centrista que tenemos, plena de prejuicios, de consumismo, de competitividad… Se sigue creyendo que la niña, el niño, y el adolescente, son “sujetos en tránsito”  y que no son sujetos de derecho. Tenemos que reconocer su impronta en la existencia, su forma de ver el mundo  y su sensibilidad, para  poder desarrollarnos como especie.

Irene Valledor, Luis Fleitas, Gabriel Macció, Andrés Valledor y Manuel Galanes, de "Pero... ellos comenzaron" (Uruguay)

 Encuentro en Venezuela en 2008 que marcó rumbos

 _ Felicitaciones por la obra teatral  que adaptaste y dirigiste “Pero… ellos comenzaron”, del danés Jacques Mathiessen.  Aborda los prejuicios, la discriminación en general y la intolerancia hacia “el diferente”. Ahí, los que tienen la cabeza y el cuerpo “redondeados”, rechazan a los vecinos que se mudan al barrio y tienen cabezas “cuadradas”. El mensaje nos llega a todos. Es una coproducción entre Dinamarca y Uruguay.

_ Esa obra  es para niños de 5 a 10 años.  La otra que presenté fue “Cantata de Pedro yó la guerra” (de 9 a 17 años),  dirigida por mí y por el argentino Daniel H. Fernández.

Todo surgió en el año 2008, en un Encuentro Internacional en Venezuela: “Taller de temas tabú”. Se seleccionaron 6 creadores para jóvenes audiencias de países iberoamericanos y 6 de países nórdicos. Fui seleccionado como representante de Uruguay.  Trabajamos durante veinte días en Caracas, sobre “tópicos tabú” para niños y jóvenes. A esos doce que éramos, se sumaron los locatarios venezolanos. Fue muy rica la experiencia de ese primer encuentro,  por la diversidad de apreciaciones, además de las  sociales y culturales de los participantes. Después e hicieron varias ediciones más: en Río de Janeiro (2010), en San José de  Mayo…

_ ¿Cuándo y dónde se hizo ese encuentro acá?

_ Fue un taller en el Espacio Cultural San José, en el contexto del “FIDAE” (Festival Internacional de Artes Escénicas), en el año 2014. Se continuaron haciendo en otros países. Han sido importantes, por la generación de afinidad  y de intercambios. Por eso tengo un fuerte vínculo con los países nórdicos.

Actor y titiritero en Helsinki

 En 2010, me invitaron como representante iberoamericano a un encuentro sobre “temas tabú” en Helsinki. Trabajamos allá durante 20 días con propuestas sobre esos temas. Llevé un unipersonal (que después se convirtió en algo más grande), con el que recorríamos escuelas de Helsinki.

_¿Cómo se llamaba ese unipersonal?

_ “La flor y Manolo”, que es una creación del grupo "La Rueda Teatro", al cual pertenezco. Era sobre la pérdida y la infancia, y cómo los niños logran  ponerse en el lugar del otro. Está inspirada en una anécdota de Manolo Lima, un pintor uruguayo. Él era un niño muy pícaro que  vivía en el Chuy. El primer vínculo de Manolo con la pintura, se produjo cuando destruyó con su caballo el jardín de su madre. Ella se dedicaba mucho a su jardín y era muy rezongona, pero ese día se puso a llorar frente a él. Manolo, conmovido, se encerró en su cuarto todo el día. En la tarde, cuando  ella lo vino a buscar para cenar, él le había hecho un dibujo de una flor y se lo regaló. Llevamos esa anécdota a la ficción, en homenaje a Manolo Lima.

Yo era el narrador de ese unipersonal, y empleaba títeres de dedo. Mi formación es como actor titiritero. Egresé en 1992. Fue la única generación que se  formó paralelamente como actores y titiriteros en  la “Escuela Mario Gallup” de Teatro El Galpón, de Montevideo.

Versiones de “Pero… ellos comenzaron”

_ ¿Cuándo y cómo conociste al director y autor danés Jacques Mathiessen?

_ Empezamos a trabajar juntos en el Encuentro Internacional en Venezuela. Fui a Dinamarca un par de veces y Jacques vino a Uruguay. Una de las veces que fuimos al “Festival de Abril”, muy importante para  Dinamarca y para el mundo, me invitó a participar de la propuesta “Pero…ellos comenzaron”. Era una coproducción con el Líbano. Estuvimos 20 días trabajando para ese Festival y nos integramos a ese espectáculo. Ya venía armado con Dinamarca.

_ ¿Era como este espectáculo que vimos en el Macció? ¿Ustedes actuaron?

_ Actuábamos, manipulábamos los títeres y asistíamos a Jacques en la dirección. A partir de eso dijimos: “¡Llevémoslo a Uruguay!”. Los títeres son los originales, salieron de Copenhague antes de la pandemia y estuvieron encerrados en cajas en Barcelona durante 6 meses. Pensábamos hacer una historia con Jacques sobre eso… [¡¡!!]

Hice una adaptación de la obra. La música es también es diferente a la del espectáculo original, de contexto libanés. Yo la adapté al contexto latinoamericano…

_ Está muy bien la música que interpreta el maragato Manuel Galanes, a medida que se desarrolla la acción. Crea muy bien los momentos de suspenso, de ternura, de enfrentamiento, entre los títeres-personajes…

_ Eso de que la música esté en vivo, le da una impronta particular a la obra.

En la obra original, los manipuladores de los títeres tienen vestuario de soldados, porque es el juego de que los  que manipulan la situación de violencia, son los ejércitos.

Esta adaptación es algo más neutral, más formal. Se dan una serie de lecturas de la obra.

_ Los niños son  los que “unen”.

_Justamente subrayé en la obra que “el paso” lo dan los niños. Hablé con Jacques y agregué otro detalle que no estaba en la original.

_ El pájaro que aparece en forma recurrente, es  un hilo conductor y tiene una intervención poética y casi mágica… Al principio lo agreden.

_ Es también un testigo...Esa ave va “diciendo” algo desde antes.

_ Es muy acertado que los personajes no hablen, sino que emitan sonidos. Es un lenguaje “universal”.

_   Por esa razón, Jacques recorrió la obra por el Líbano  y los países nórdicos.

Cuando se estrenó  en setiembre de este año en el Centro Cultural Terminal Goes de Montevideo, los niños entendían qué significaban esos sonidos

Este proyecto tiene una historia trágica. Hace tres años a Jacques se le diagnosticó un cáncer terminal, y me llamó para decirme que me regalaba la obra (Gabriel se emociona)… Le dije a él que se viniera a Uruguay y que haríamos juntos el montaje de la obra. Apareció la pandemia y Jacques no pudo venir: A principios de este año falleció… Pero queda la obra, la imagen…

 “Cantata de Pedro y la guerra”: cuentos que todo lo vencen

_ Esperemos que siga rodando…

_ El proyecto es para 2021 y 2022 en Uruguay, y  tenemos invitaciones a Festivales de Chile, San Pablo… Está detenido por la pandemia. La idea es seguir recorriendo el Cono Sur. También con la coproducción entre Uruguay y Argentina: “Cantata de Pedro y la guerra”. Está basada en un texto de la reconocida autora argentina María Inés Falconi, a quien también conocí en Venezuela. Vi esta obra en un espacio que ella tiene en Buenos Aires.  Partió de un cuento y pasó a ser una obra.  Un país entra en guerra y un pueblito no sabe qué es eso, pero se ven pasar aviones. La televisión informa qué ocurre. Un día, un ayudante de una escuela (que corta leña y hace otras tareas), va con un niño al galpón de la escuela a buscar leña, y cae una bomba sobre el pueblo. Estos dos seres quedan encerrados bajo tierra. Están separados. Se escuchan, pero no se ven. Se narran cuentos uno al otro, para poder enfrentar esa situación…

Hicimos esta obra en 2018 en el Teatro Solís, pero la habíamos estrenado en la Casa de la Cultura de Libertad, con el “Grupo Querubín” de Libertad. Es una coproducción con ellos. Actúan cuatro actores y también está Manuel Galanes como músico. Es una propuesta con dos líneas de espectadores y en el centro toda la acción. La puesta que yo vi era diferente. Codirigí  con el argentino Daniel Héctor Fernández, que también está en el “FIAE.uy”. Hicimos este montaje con él para que el público se viera la cara.  La guerra es la perversidad absoluta. No importan los bandos. Nosotros mismos somos culpables…

Ficha técnica de la obra teatral: “Pero… ellos comenzaron”(Dinamarca/Uruguay). Autor: Jacques Matthiessen. Gabriel Macció Pastorini dirección y adaptación.  Titiriteros: Irene Valledor, Luis Fleitas y Andrés Valledor. Manuel Galanes: Música en vivo. Producción: Passepartout Theatre Production PTP (Dinamarca).Centro Uruguayo del Teatro y la Danza para la Infancia y la Juventud CUTDIJ - Camaleonica Gestión Cultural (Uruguay).

Esta entrevista se publicó el martes 30 de noviembre de 2021, en la pág. 7 del periódico "Visión Ciudadana", de San José de Mayo, Uruguay

 

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